sábado, 6 de febrero de 2016

15 revelaciones de 2015

Nuevos proyectos, nuevas mezclas, nuevos orígenes, nuevas cosechas. Estos son los vinos que refrescaron y sacudieron nuestro paladar.


El país vitivinícola crece. Es más alto, pero también más ancho. En las última década se ha producido una verdadera revolución con nuevas plantaciones en altura, en el borde costero, en el sur profundo; con el rescate de cepajes y valles olvidados por la historia, que hoy contemplan el paisaje con un renovado optimismo; con la irrupción de proyectos familiares o a escala humana; con verdaderos vinos de origen, naturales, innovadores; con un carácter e identidad que aporta al fortalecimiento de la imagen del sector en los mercados internacionales.

Es como una olla en ebullición, aún algo desagregada, quizás inorgánica, pero que refresca y diversifica el panorama vitivinícola.

Después de haber catado más de mil vinos durante 2015, hemos realizado una selección de aquellos que reflejan este nuevo espíritu, muchos de ellos primeras cosechas de promisorios proyectos o clásicos que se reinventan para reverdecer sus laureles. Estos vinos representan distintos cepajes y orígenes, pero tienen algo en común: intentan escapar del status quo, de escalar nuevos peldaños cualitativos, de profundizar en un estilo propio y coherente en el tiempo.

Brutall Juan Rosales Cinsault

Este espumante no sólo rescata una cepa rústica y menospreciada, proveniente de un valle fundacional como Itata, sino además pone en valor la asociatividad como un camino imprescindible para los pequeños productores. Perteneciente al colectivo Centinelas del Itata Profundo, que reúne una veintena de representantes de la vitivinicultura familiar campesina, este vino elaborado con el método tradicional conquista con sus notas de frutillas y copihues rojos.

Calyptra Gran Reserva Sauvignon Blanc 2012

Definitivamente rompe los moldes. Trepa la cordillera para reivindicar Los Andes (Coya, Cachapoal) como un gran terroir para vinos blancos y demuestra que el Sauvignon Blanc sí puede envejecer con dignidad, alcanzando mayores alturas y complejidades. Estuvo 18 meses en barricas y es un vino inmenso, colmado de capas aromáticas y con un insospechado potencial de guarda. Perfectamente se puede descorchar en cinco años más y continuará teniendo ese carácter firme y vibrante.

El Pellín Vino Blanco de la Zona 2014

Causó una gran impresión en el jurado del pasado Six Nations Wine Challenge en Sydney y no muchos de ellos eran fans de los vinos naturales. Es que esta mezcla de Chardonnay y Pinot Blanc osornina rompe con las etiquetas y convenciones. Impresiona por su textura sedosa y la mineralidad que regalan esos suelos de toba volcánica. Es un blanco atípico, pero no demasiado difícil de comprender. Seduce al primer sorbo.

Trabún Syrah 2009

Es uno de esos Syrah que no dejan indiferentes a nadie. Coquetea con sus notas de murta y hierbas, pero en boca definitivamente consuma la relación con los consumidores. Es un vino lleno de quiebres y sutilezas, con una boca profunda, eléctrica y salina. Algunos lo llaman elegancia. Prefiero decir que es un vino con carácter, equilibrado, que refleja muy bien su origen en Cachapoal, pero con un toque muy distintivo.

Ventisquero Herú Pinot Noir 2013

Refleja la voluntad de ir creciendo con esta cepa y llevarla más allá en un segmento donde abundan los vinos de buena relación precio / calidad. Después de cinco entregas, este Pinot Noir, que nace en una ladera granítica de Casablanca, emociona con sus notas de frambuesa, sal marina, yodo y hierba fresca. Es la mejor cosecha de Herú. Un Pinot Noir de fuste, fino y equilibrado, pero por sobre todo con una personalidad atractiva.

J.A. Jofré Tempranillo / Cariñena / Carmenère 2014


No sé si este vino adhiere a la filosofía de Vinos Fríos del Año, como reza el proyecto del enólogo Juan Alejandro Jofré, pero sí impresiona por el atrevimiento de sus componentes y por la vibrante acidez que caracteriza sus propuestas. Con notas de frutos silvestres, flores y especias dulces, es una mezcla portentosa y equilibrada, donde el Carmenère abrocha muy bien las cepas mediterráneas, suavizando sus ángulos, esculpiendo un tinto firme pero locuaz.

Aresti Trisquel Series Altitud Merlot 2014


No hay demasiados Merlot que vuelen la cabeza. Ni muchos curicanos que huyan de la depresión intermedia. Pero este vino se pone los bototos y sube a 1.245 metros de altura. Es un vino con un alcohol considerable, pero que impresiona y desconcierta con sus excéntricas notas de flores silvestres, frutillas, comino y eneldo. Es vino un andino de tomo y lomo, que rompe la monotonía del segmento, que lleva los tintos de Curicó a nuevas alturas.

Tartufo Malbec 2013

Proviene de un viñedo que probablemente sobrepasa los dos siglos de edad. ¡Todo un hallazgo en San Rosendo! Esta interpretación de Viñas Inéditas refleja la sabiduría de estas parras, la templanza y profundidad que sólo dan los años. Con notas de cassis y grosellas negras, mucho toffee y una bocanada de humo, este vino transita por el paladar con personalidad y dulzura, dejándonos el recuerdo de una saga que recién comienza a mostrar sus mejores frutos.

Matetic EQ Syrah 2012

Fue el pionero en producir Syrah costeros o de clima frío, provocando debate y controversia entre los enólogos. Pero este estilo logró imponer sus términos. Hoy es una categoría que suma cada vez más adeptos en Casablanca, San Antonio, Leyda, Aconcagua Costa, Limarí y Elqui. Con esta cosecha, EQ demuestra toda su vigencia y poder de seducción de sus violetas, moras silvestres, hojas de laurel y pimienta negra.

Garage Wine Co Lot 47 Carignan 2013

No sólo interpreta con fidelidad el carácter del secano maulino, de esas viejas parras de Carignan que superaron los vaivenes del mercado, sino que profundiza aún más en su origen. Proveniente de Truquilemu (Sauzal), este vino es un delicioso cóctel de flores, guindas ácidas y hierbas silvestres. Con el nombre de su viñedo bien puesto en la etiqueta, no sólo reivindica una cepa, sino además el esfuerzo del campesino que con muchísimo esfuerzo ha mantenido la tradición familiar del cultivo de las vides.

Caballo Loco Nº1

Ya desde el ritual del descorche es una aventura. Y cuando se decanta comienzan a irrumpir sus atractivos y complejos aromas. Después de tres lustros, esta misteriosa mezcla de Sagrada Familia conserva intacta toda su chispa y profundidad de sabores. No sólo es un vino que innova en términos enológicos y de marketing, preservando en la mezcla siempre la mitad de la cosecha anterior, sino además emociona con sus notas de guindas y ciruelas, granos de café y canela, historias y enigmas aún por descubrir.

Terco País 2015


Aunque aún se paga una miseria por sus uvas, la País levanta su cabeza y desafía con orgullo el horizonte. Terco, como su nombre lo indica, es un ejemplo de los campesinos que rescatan y ponen en valor esta cepa que ha sido menospreciada durante siglos. Sebastián Sánchez, hijo de unos productores tradicionales de pipeño, embotella por primera vez este País del humedal de las Ciénagas del Name (Cauquenes) que nos devuelve el alma al cuerpo con sus delicadas notas de frutillas y flores.

Las Luciérnagas 2013


Es el primer vino del proyecto familiar de enólogo Felipe Ramírez. “Otra mezcla mediterránea más”, pensé cuando lo descorché. Pero Las Luciérnagas ilumina la escena y agrega nuevas tonalidades a uno de los segmentos con mayor crecimiento en el último año. Con esta mezcla de Grenache, Carignan y Syrah (Melozal), este vino proyecta notas de violetas, dihueñes y hojas de tomillo. Un extraordinario debut para un nuevo representante del secano interior.

De Martino Viejas Tinajas Muscat 2014


No es fácil vinificar en tinaja. Tampoco conseguirlas. Pero este vino rescata esta preciosa tradición (aún no estoy seguro si los antiguos fermentaban en greda o sólo la utilizaban como recipiente) y la reactualiza con inusitados niveles cualitativos. Este Moscatel del Itata sorprende con su color dorado y exquisitas notas de flores blancas, damascos, pasas rubias, heno y tierra húmeda. Es la mejor versión de un vino que ya pinta para clásico.

Polkura Secano Syrah / Grenache 2013


Cuando lo degusté aún no tenía una etiqueta definitiva, pero qué más da. Este representante de Marchigüe me doblegó desde el primer sorbo con su carácter firme, elocuente y divertido. Es un vino maduro y voluptuoso, pero al mismo tiempo jugoso y especiado. No sólo demuestra que en el valle colchagüino las mezclas mediterráneas llegaron para quedarse, sino además que se puede practicar una más ecológica viticultura de secano.



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