martes, 30 de julio de 2013

10 mezclas más exóticas

¿Un acto de emancipación frente al Viejo Mundo o simplemente o un uso de los espacios de libertad? Las mezclas de cepajes ganan cada vez más terreno en el portafolio chileno, buscando un sello propio, quizás una nueva identidad.

El Nuevo Mundo es sinónimo de novedad, mestizaje, libertad. Y los enólogos se lo han tomado a pecho. Sin las ataduras de las apelaciones europeas, pueden hacer y deshacer, mezclando abiertamente distintas cepas, valles y regiones. Lo que partió como un acto de rebeldía frente a los productores tradicionales –emancipación, si se quiere-, fue convirtiéndose, casi por inercia, en una estrategia diferenciadora, donde el concepto de innovación juega un rol preponderante.

Pese a que en Chile existía la tradición de ensamblajes franceses, como los populares vinos Burdeos o Borgoñas, en la década del noventa, durante el boom de sus exportaciones, el país se dio a conocer al mundo como un exportador de monovarietales, entre los cuales el Cabernet Sauvignon tenía un poder casi hegemónico.

Hace algo más de una década, sin abandonar la filosofía monovarietal, los productores volvieron a impulsar las mezclas, intentando un camino nuevo que refrescara sus monotemáticos portafolios. Pero, a diferencia de los vinos de apelación, donde el origen manda sobre los cepajes, los componentes de mezcla eran destacados con nombre y apellido en las etiquetas.

Aunque estos vinos respondían a la lógica comercial del Nuevo Mundo, la mayoría continuó siendo fiel a la herencia bordelesa, ensamblando principalmente Cabernet Sauvignon, Merlot, Carmenère y/o Cabernet Franc. Sin embargo, a partir de la introducción de la Syrah a finales de los 90, de su rápida y exitosa adaptación a las condiciones edafoclimáticas chilenas, el proceso terminó por liberalizarse por completo.
Con cierto arrojo –o impudicia, bajo los criterios europeos-, los enólogos mezclaron cepajes de Burdeos y Ródano. De ahí en adelante los límites fueron sólo la imaginación o el talento de los productores, quienes barrieron con todos prejuicios y, al mismo tiempo, con muchos siglos de historia vitivinícola.

Si bien las mezclas son cada vez más relevantes en la oferta chilena, y hoy concentran la mayoría de las medallas de oro en los concursos internacionales –ver Ranking VITIS Magazine, edición Nº 49-, la enología ha llegado a un punto de equilibrio, quizás de madurez, donde ya no es importante sorprender por sorprender, sino que los vinos deben obedecer a cierta lógica, a criterios que van más allá de una necesaria –y a veces desesperada- búsqueda de originalidad.

Hoy algunas viñas crean versiones muy bien logradas de mezclas mediterráneas. Otras reactualizan y llevan a una nueva dimensión los ensamblajes bordeleses. Las mezclas blancas del Ródano. Del Loira. Del Rin. Rescatan del olvido cepas tradicionales, históricas o fundacionales. Cofermentan. Experimentan. Buscan, a través del mestizaje, una nueva emancipación y, por qué no, tal vez una renovada identidad.

Esta nueva generación ya no teme a la diversidad. Perdió la timidez. Habla con seguridad de distintos cepajes, de distintas tradiciones, pero sin obviar que las variedades tienen que potenciarse unas a otras, que el todo, en definitiva, tiene que ser más, mucho más que las partes.

ANAKENA ONA WHITE BLEND 2011

Proveniente del viñedo Las Brisas de Leyda, este vino reúne tres tradiciones vitivinícolas: Riesling, Chardonnay y Viognier. Notas tropicales, de damascos maduros, flores blancas y ciertos toques minerales. Su carácter es dulce, extrovertido, pero apoyado por una firme acidez.

CASA SILVA QUINTA GENERACIÓN WHITE BLEND 2010

Está mezcla de diferentes microterroirs colchagüinos es ya un clásico de la casa: Sauvignon Blanc, Chardonnay, Viognier y Sauvignon Gris. Cuatro cepas que proyectan aromas florales y de frutos blancos, con tonos gourmand aportados por su paso por barrica. Es un vino jugoso y extremadamente redondo.

RAMIRANA GRAN RESERVA SAUVIGNON BLANC / GEWÜRZTRAMINER 2012

Este vino nace en la zona de Lolol y está compuesto por 70% de Sauvignon Blanc y 30% de Gewürztraminer. En nariz es goloso y entretenido. Resaltan sus notas de pomelo rosado, chirimoya y azahares. Marcado por una añada más bien cálida, es una mezcla untuosa, firme, que invita a comer.

BOTALCURA DELIRIO SYRAH / MALBEC 2012

Proveniente de Pencahue, una de las zonas más cálidas del Maule, esta delirante mezcla es pura intensidad y estructura frutal. Con 60% de Syrah y 40% de Malbec, nos engolosina con sus violetas, moras, cerezas negras y frutos secos. Con su personalidad elocuente y generosa.

CASAS DEL BOSQUE GRAN ESTATE SELECTION 2009

Nace en una de las zonas más frescas de Casablanca y no traiciona su origen, sino más bien profundiza en la fría lógica del Pacífico. Compuesto por 91% de Syrah y 9% de Pinot Noir, una selección de los mejores cuarteles tintos de la casa, el vino es un turgente monumento a los frutos silvestres, como grosellas y maquis, complementados con tonos florales, cuero y pimienta.

ESTAMPA GOLD 2009

Esta viña colchagüina nació como la viña de los ensamblajes. Y persiste en su apuesta diferenciadora, mezclando uvas de sus campos de Marchigüe y Palmilla, mezclando Syrah, Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec. Es un vino de alma golosa y taninos inquietos. Con atractivas notas de frambuesa, murtilla y especias dulces.

MIGUEL TORRES CONDE SUPERUNDA 2009

Fiel a su carácter transnacional, este conde ensambla cepajes españoles y franceses (chilenos, por adopción), simbolizando el encuentro entre ambos mundos. Cabernet Sauvignon, Carmenère, Monastrell y Tempranillo, conforman una mezcla compleja, generosa y profunda, regalándonos notas cárnicas, de frutos silvestres, ciruelas secas y harina tostada.

MORANDÉ VIGNO 2010

Con 78% de Carignan, 18% de Syrah y 4% Chardonnay, es uno de los mejores representantes de la cofradía Vignadores de Carignan. Y sin duda el más extravagante. Un vino que refleja el carácter campesino del secano de Loncomilla y su patrimonio de vides antiguas, pero... con un porcentaje de Chardonnay que aporta una femenina jovialidad y alegría.

TERRAMATER UNUSUAL 2010

Una mezcla inusual, sin duda, pero también un vino que representa un homenaje al espíritu pionero e innovador de la familia Canepa en Isla de Maipo. Proveniente de su fundo Caperana, este tinto está compuesto por 65% de Cabernet Sauvignon, 20% de Shiraz y 15% de Zinfandel. Un tinto maduro, licoroso, con una madera que no es simple comparsa.

LAPOSTOLLE BOROBO 2010

Francesa en esencia, Lapostolle deja claro que es chilena de nacimiento, mezclando sin tapujos cepajes originarios de Burdeos, Ródano y Borgoña, valles de Apalta, Cachapoal y Casablanca, y uvas Carmenère, Cabernet Sauvignon, Syrah y Pinot Noir. Un vino que desconcierta gratamente. Que despeina la tradición francesa. Que firma una declaración de principios.