miércoles, 15 de julio de 2009

Somos afrancesados

Finalmente caté el último día del concurso Vinalies Catad'Or. Me tocó en la misma comisión que mi querida amiga española Isabel Mijares y, como nunca antes, dije nunca antes, nos llevamos bastante bien, coincidiendo en muchos puntaje.

Este año, a diferencia de las otras versiones, se adaptó el estilo Vinalies. Es decir, el catador ya no es un ser solitario que sólo debe responderle a su conciencia, sino los vinos se catan y discuten grupalmente.

Lo que encontré último es que, con la excepción de Isabel, los presidentes de mesa fueron todos franchutes. Esto no tiene nombre. Cuando voy a un concurso en Francia, la mayoría de los presidentes son franceses. Lo mismo pasa en España y en Tumbuctú.

¿Acaso los chilenos tenemos la nariz atrofiada?

Está bien que Catad'Or se haya unido con Vinalies, pero tiene que ser una alianza equitativa. No puede ser que el concurso de los enólogos franceses imponga todos sus términos.

No fui a la premiación en señal de protesta.

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