Gracias a todos por los miles de correos que enviaron. Realmente me emocionaron hasta las lágrimas sus muestras de preocupación y cariño.
Quiero comunicarles que mi nariz está mucho mejor. Ya comienza a oler algo. Pude oler, por ejemplo, los primeros brotes primaverales, las prístinas aguas del Mapocho y algunos interesantes vinos, entre ellos la nueva línea de Concha y Toro Gran Reserva Serie Riberas y el Sauvignon Blanc de Casa Silva de la novel zona de Paredones: Cool Coast.
De la serie Riberas sentí el murmullo de los ríos del sur de Chile, esas brisas costeras y cordilleranas que se cuelan por lo cajones para refrescar las uvas que sudan la gota gorda durante el verano. ¿El resultado? Vinos frutosos y frescos que mejorarían mucho con una madera más moderada.
De Cool Coast sentí la fuerza arrolladora del Pacífico. El viñedo, ubicado a menos de 10 Km de la playa, recibe casi sin barreras la intensa y salina brisa marina. La acidez cítrica de este Sauvignon Blanc es notable, como una ola que revienta en el paladar, haciéndonos revolcar en la arena.
Fuimos a Paredones en una avioneta. El viaje estuvo tranquilo pero el piloto descendió muy rápido. Mi nariz mejora pero mis oídos me duelen como el diablo.
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